Refranes
A.-
Aguja sabe lo que cose y dedal lo que “arrempuja”
A enemigo que huye, puente de plata.
Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza.
Al que Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga.
A mal tiempo, buena cara.
Al que nace para tamal, del cielo le caen las hojas.
A palabras necias, oídos sordos.
A caballo regalado, no se le mira el colmillo.
Al mejor escribiente se le va un borrón.
Al perro flaco todo son pulgas.
A quién Dios no le da hijos el diablo le da sobrinos.
Al que le pica, es porque ají comió.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
Ante la duda abstente.
A todo puerco le llega su San Martín
Aguas de abril, caben en un barril.
A Dios rogando y con el mazo dando
Al que madruga, Dios lo ayuda
B.-
Bueno es el culantro pero no tanto.
C.-
Cielo empedrado, suelo mojado.
Cuando el mal es de cagar, no valen guayabas verdes.
Cuando Dios no quiere, no hay Santo que ruegue.
D.-
Dime con quién andas y te diré quien eres.
Dios aprieta pero no ahoga.
Donde hay voluntad hay un medio.
Dime de lo que te alabas y te diré de lo que careces.
E.-
En boca cerrada no entran moscas.
El hábito no hace al monje.
El amor y el interés, se fueron al campo un día; y más pudo el interés, que el amor que
le tenía.
En abril, aguas mil.
El ojo del amo engorda al caballo.
El que tiene tienda que la atienda y si no que la venda.
En la mesa y en el juego, la educación se ve luego.
El que se hace de miel, las hormigas se lo comen.
El que quiera azul celeste, que le cueste.
El que compra la vaca, es dueño del ternero.
El que a buen árbol se arrima buena sombra lo cobija.
El que por su gusto muera, la muerte le sabe a gloria.
El que nace para “real” nunca llega a peseta.
H.-
Hay muertos que no hacen ruido porque andan en alpargatas.
Hasta los palos del monte tienen su separación; unos nacen para santos y otros para hacer carbón.
Haz bien y no mires a quien.
Hay vistas que tumban cocos y sacan jicoteas del río.
Hay miradas que tumban coco y sacan jicotea del río.
L.-
La dicha de la fea, la bonita la desea.
La mona aunque se vista de seda, mona se queda.
La cuestión no es llegar, sino saber llegar.
Lo que natura no da, Salamanca no presta.
La cáscara guarda al palo.
Los padres tienen el derecho a equivocarse, los hijos tienen el deber de perdonar.
La avaricia rompe el saco.
Los cinco dedos pertenecen a la misma mano y ninguno es igual al otro.
La cosa no está en caerse sino en saber levantarse.
La yagua que está pa’ uno, no hay vaca que se la coma, ni isleño que la recoja.
Loro viejo no aprende a hablar.
M.-
Más vale un mal arreglo que un buen pleito.
Madre es madre, aunque sea de vinagre.
Matrimonio y mortaja, del cielo baja.
N.-
No van lejos los de adelante, si los de atrás corren bien.
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista, ni médico que lo atienda ni botica que lo asista.
Nadie se muere la víspera.
Nunca llovió que no escampó.
No por mucho madrugar amanece más temprano.
P.-
Puerta por donde entrares, déjala como la encontrares.
Por mucho que el aura vuele, siempre el pitirre la pica.
Primero la obligación y después la devoción.
Q.-
Quién bajo un árbol se guarece, del cielo le llueve dos veces.
Quién bien te quiere, te hará llorar.
Quién da pan a perro ajeno pierde pan y pierde perro.
Quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.
S.-
Según come el mulo, así caga el culo.
Suerte te dé Dios, hijo, que el saber nada te vale.
T.-
Todos los pájaros comen arroz, pero la culpa de todos la paga el totí.
U.-
Una cosa piensa el borracho y otra el bodeguero.
Una cosa es con guitarra y otra con violín.
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